lunes, 31 de agosto de 2015

El final del verano




El final
del verano
llegó
y tú partirías

Yo no sé
hasta cuando
este amor
recordarás

Pero sé
que en mis brazos
yo
te tuve ayer

Eso si
que nunca
nunca yo
olvidaré

Dime, dime, dime, dime amor
dime, dime que es verdad
lo que sientes en tu corazón
es amor en realidad

Nunca, nunca, nunca, nuca mas
sentiré tanta emoción
como cuando a ti te conocí
y el verano nos unió

El final
del verano
llegó
y tu partirás

Yo no sé
hasta cuando
este amor
recordarás

Pero sé
que en mis brazos
yo
te tuve ayer

Eso si
que nunca
nunca yo
olvidaré

Nunca yo
olvidaré

sábado, 29 de agosto de 2015

Graná



Granada, tierra soñada por mí 

mi cantar se vuelve gitano cuando es para ti
mi cantar hecho de fantasía 
mi cantar flor de melancolía 
que yo te vengo a dar

Granada, tierra ensangrentada en tardes de toros

Mujer que conserva el embrujo de los ojos moros 

De sueño rebelde y gitana cubierta de flores

y beso su boca de grana jugosa manzana que me habla de amores 

Granada Manola, cantada en coplas preciosas

No tengo otra cosa que darte que un ramo de rosas

De rosas de suave frangancia 

que le dieran marco a la Virgen Morena 

Granada, tu tierra está llena de lindas mujeres, de sangre y de sol

sábado, 22 de agosto de 2015

viernes, 21 de agosto de 2015

Bolsillos desiertos

Me registro los bolsillos desiertos
para saber dónde fueron aquellos sueños.
Invado las estancias vacías
para recoger mis palabras tan lejanamente idas.
Saqueo aparadores antiguos,
viejos zapatos, amarillentas fotografías tiernas,
estilográficas desusadas y textos desgajados del Bachillerato,
pero nadie me dice quién fui yo.
Aquellas canciones que tanto amaba
no me explican dónde fueron mis minutos,
y aunque torturo los espejos
con peinados de quince años,
con miradas podridas de cinco años
o quizá de muerto,
nadie, nadie me dice dónde estuvo mi voz
ni de qué sirvió mi fuerte sombra mía
esculpida en presurosos desayunos,
en jolgorios de aulas y pelotas de trapo,
mientras los otoños sedimentaban
de pálidas sangres
las bodegas del Ebro.
¿En qué escondidos armarios
guardan los subterráneos ángeles
nuestros restos de nieve nocturna atormentada?
¿Por qué vertientes terribles se despeñan
los corazones de los viejos relojes parados?
¿Dónde encontraremos todo aquello
que éramos en las tardes de los sábados,
cuando el violento secreto de la Vida
era tan sólo
una dulce campana enamorada?
Pues yo registro los bolsillos desiertos
y no encuentro ni un solo minuto mío,
ni una sola mirada en los espejos
que me diga quién fui yo.