martes, 9 de abril de 2013

Miedo



Hay criminales que proclaman tan campantes "la maté porque era mía", sin más, como si fuera de sentido común y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada que hace al hombre dueño de la mujer.

Pero ninguno, ninguno, ni el más macho de los supermachos tiene la valentía de confesar "la maté por miedo", porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo.

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